martes, 7 de septiembre de 2010

In Memoriam: José Pontón


El pasado día 21 de julio de 2010 nos dejó nuestro entrañable compañero y amigo José Pontón San Emeterio, anterior Presidente de la Asociación Española de Micología y valioso colaborador y miembro del Consejo editorial de la Revista Iberoamericana de Micología. Su pérdida nos ha dejado con una gran pesadumbre en el alma pero nos queda también el legado del grato recuerdo de su cordial persona, su amable trato, su alegría y su disposición a compartir de forma generosa su tiempo con los demás. Jose ha sido todos estos años un referente importante dentro de esta gran familia que formamos las personas que nos dedicamos a la Microbiología en España y, de forma especial, a los que sentimos la Micología como una parte importante de nuestra esencia.
Jose era un científico al estilo clásico, con una gran carga de curiosidad intelectual por aprender e intentar desentrañar los misterios de la biología fúngica y de los mecanismos por los que los hongos causan enfermedades en los seres humanos. Desde muy joven sintió que su vida iba a estar dedicada a la Ciencia y a la Investigación y a esto contribuyó en gran parte su ambiente familiar (su padre era profesor de Ciencias Naturales) y su entorno (la bahía de Santoña, Cantabria) que fueron los mejores sustratos que estimularon su vocación. Los estudios de bachiller laboral y su especial relación con las artes marinas le permitieron adquirir los conocimientos teóricos y, sobre todo, prácticos que le ayudarían en su posterior formación universitaria y en la dedicación de toda su vida profesional a la Ciencia, hasta prácticamente su último aliento, en todos sus aspectos: docentes, investigadores y de gestión.
Estudió la Licenciatura de Ciencias y se especializó en Biología (Microbiología) en la Facultad de Ciencias (en la actualidad Facultad de Ciencia y Tecnología) de la Universidad de Bilbao (ahora Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea). Como buen alumno predispuesto a la investigación, pronto colaboró en varios estudios científicos sobre la composición de Pullularia (Aureobasidium) pullulans y la aplicación de sus metabolitos. En esta etapa contó con buenos maestros (Juan Blas Domínguez, Félix Goñi, María Jesús Sevilla y Federico Uruburu, entre otros) y compañeros (María Dolores Moragues, Luis Landajuela y Pilar Regúlez, más tarde su esposa, por citar los más cercanos), muchos de los cuales han seguido colaborando con él hasta la actualidad.
Su labor investigadora se fue aproximando a la Biomedicina, con el estudio del dimorfismo de Candida albicans y su relación con la patogenicidad. Precisamente, este fue el tema de su Tesis de Doctorado en Ciencias Biológicas, dirigida por Ramón Cisterna y que defendió brillantemente en 1983. Realizó varias estancias de posgrado en Estados Unidos (Director: Jeffrey M. Jones) y Reino Unido (Director: Donald. W. Mackenzie), en las que se fue involucrando en el estudio de la patogenia de las candidiasis invasoras y en el desarrollo de herramientas adecuadas para su diagnóstico específico y precoz. Aunque éste fue uno de los temas de investigación que más le apasionaron, su interés se extendió progresivamente a otras micosis invasoras, siendo relevante su contribución en el estudio y comprensión del diagnóstico de las aspergilosis invasoras. En esta labor de investigación cooperó con numerosos equipos nacionales, europeos y americanos, creando o participando en varias redes internacionales de investigación en Micología Médica. Fruto de su amplia labor investigadora son un elevado número de publicaciones en revistas y libros científicos y su participación como ponente y conferenciante en congresos y reuniones nacionales e internacionales. A su vez, en la Universidad del País Vasco desempeñó una meritoria labor como miembro de la Comisión de Investigación en un periodo en el que nuestra Universidad comenzó un importante despegue en su actividad investigadora. Además ha sido evaluador de proyectos científicos como miembro de varias agencias nacionales e internacionales. Entre los colaboradores más cercanos que han compartido sus múltiples actividades investigadoras se encuentran Pilar Regúlez, María Dolores Moragues, Juan Carlos García Ruiz, Jose Ramón Iruretagoyena, José Manuel Aguirre, José Schneider o Amalia Del Palacio; pero la lista de personas que han colaborado o se han formado con José Pontón es muy extensa y sería difícil para mí, citar a todas y cada una de las personas que representaron tanto para él.
En 1979 comenzó su actividad docente de Microbiología en la Facultad de Medicina y Odontología, por la que sentía una especial vocación y para la que demostró una gran preparación y capacidad. Obtuvo la categoría de Profesor titular de Universidad en 1988 y de Catedrático de Universidad en 1998, contribuyendo a la consolidación del Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología como uno de los más relevantes y productivos de la Universidad del País Vasco. Su excelente capacidad para la enseñanza y la formación de alumnos e investigadores quedaba reflejada siempre en las evaluaciones realizadas por los alumnos o en los premios honoríficos que estos concedían al profesorado más sobresaliente de nuestra Facultad y que recayeron en varias ocasiones sobre él. Los últimos años estuvo involucrado con mayor afán en la docencia de Microbiología en la Licenciatura de Odontología y de Micología Médica en el Campus Virtual, así como en el Programa de Doctorado y el nuevo Master del Departamento. También colaboró en la docencia de cursos organizados por nuestra universidad y otras universidades y sociedades científicas nacionales e internacionales. Su labor docente no sólo se ciñó a impartir clases si no que participó activamente en las ponencias de los nuevos planes de las Licenciaturas en Medicina y Odontología y en los nuevos Grados que en el momento presente sustituyen a aquellas. Además, ha sido autor y editor de libros docentes y divulgativos con gran relevancia en las áreas científicas mencionadas. En la Facultad de Medicina y Odontología, la ausencia de Jose se hace especialmente sensible y dolorosa; aun más en este curso, el primero de los nuevos grados de Medicina y Odontología a cuyo desarrollo contribuyó con tan buenas ideas y en los que puso tanto empeño.
La labor de José Pontón en la Asociación Española de Micología comenzó en 1985 y su participación en las actividades científicas y de gestión fue en aumento, formando parte de la Junta Directiva en varias ocasiones y siendo Presidente de la Asociación entre 2000 y 2008. Durante sus dos meritorios servicios destacaron su gran esfuerzo por la estabilización y posterior crecimiento en el número de asociados, la armonía entre las diferentes sensibilidades y secciones dentro de la Asociación, y la potenciación de una mayor presencia de ésta en todos los foros científicos internacionales más importantes. Durante este periodo, la Revista Iberoamericana de Micología, órgano de difusión de la Asociación, consiguió alcanzar un lugar relevante entre las revistas científicas, al ser incluida en el prestigioso índice bibliográfico Current Contents-ISI Web of Science. Estaba muy preocupado porque no se olvidara el legado histórico de nuestra Asociación y como contribución a la memoria de ésta, escribió un artículo que recogía los hitos más importantes de su desarrollo (Pontón J, Torres-Rodríguez JM. La Asociación Española de Micología cumple 30 años. Revista Iberoamericana de Micología 2007;24:237-248).
Quienes trabajamos en las áreas de la Micología y la Microbiología o impartimos docencia en Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, no podemos dejar de mostrar nuestro apoyo y cariño a su esposa Pilar y su hija Laura; ni olvidar nuestra gratitud y agradecimiento a Jose porque siempre trató de dar lo mejor de sí mismo en todos los aspectos y siempre merecerá nuestro respeto por su brillante trayectoria vital y profesional. Estos rasgos personales tan emotivos, los seguiremos echando de menos en el Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la Universidad del País Vasco, donde en estos momentos estamos sumidos en una inmensa pena por su ausencia.

No hay comentarios: